Great Freedom 5

Título original: Große Freiheit

Año: 2021

Duración: 117 min.

Dirección: Sebastian Meise

Guion: Sebastian Meise, Thomas Reider

Fotografía: Crystel Fournier

Reparto: Franz Rogowski, Georg Friedrich, Anton von Lucke, Thomas Prenn

Nota: 5.1

Comentario Crítico:

Hace algo más de cinco años, en mayo de 2016, saltaba a la luz una noticia que daba cuenta de una ominosa realidad legislativa que permanecía incomprensiblemente en vigor en la Alemania de finales del siglo XX. El gobierno germano había decidido indemnizar y eliminar los antecedentes de los millares de hombres que hasta 1994 habían sido condenados por ser homosexuales, ateniéndose a lo estipulado en la denominada Ley 175.

Dicha ley, establecida en el Código Penal alemán desde 1872, especificaba lo siguiente: “La fornicación contra natura realizada entre hombres o de personas con animales se castigará con pena de cárcel; también se podrán retirar los derechos civiles.” El castigo consistía entonces en un máximo de seis meses en la cárcel, pero fue modificándose (mayormente para aumentarlo) hasta el momento de su derogación. Así, por ejemplo, al amparo de esta ley, cuando había desaparecido el III Reich ( que la había endurecido hasta el punto de enviar a los homosexuales a los campos de concentración en los que se estaba cometiendo el exterminio judío), solo entre 1949 y 1969 fueron condenados más de cincuenta millares de personas.

Finalmente, en 1969 se despenalizó la homosexualidad en el país germano. Sin embargo, otras 3.500 personas fueron sentenciadas hasta que la ley fue finalmente derogada. Justo ese punto del año 1969 es abordado en uno de los episodios narrados en GREAT FREEDOM, la película con la que diez años después de SITLL LIFE, su estimulante debut, hemos vuelto a tener noticia de Sebastian Meise. Great Freedom 3Con ella está recibiendo no pocos galardones durante la presente temporada: se alzó con el Premio del Jurado de la sección Un Certain Regard y acaba de hacerse con dos de los importantes galardones en el recién concluido Festival de Cine de Sevilla, el de Mejor Interpretación Masculina (Franz Rogowski) y el Giraldillo de Oro, máximo galardón que otorga el certamen hispalense.

Basada en hechos reales, GREAT FREEDOM trata de tejer una semblanza biográfica sobre una de las víctimas de la antecitada y aciaga Ley 175. Su nombre es Hans. El guión del film emplaza al espectador a inmiscuirse en su acontecer penitenciario en tres puntos temporales distintos, 1945, 1957 y 1969;  desde que llega a la cárcel tras abandonar un campo de exterminio y conoce a Viktor, un asesino convicto que lo rechaza en un primer momento al ser conocedor de la causa que lo ha llevado entre rejas, hasta que, por medio de una publicación escrita, se entera de que la homosexualidad ha dejado de ser delito y su estancia en la cárcel parece acercarse a su fin.

El material escrito sobre el que se fundamenta la película propone una estructura temporal no lineal. La narración se constituye en torno a un continuo salto de tiempos, mezclando distintas peripecias acaecidas en fechas distintas, pero siempre dentro del recinto penitenciario. Dicha decisión poco a poco va mostrando su más que discutible idoneidad. Pese a que el devenir de aconteceres es siempre fluido, el relato, víctima de ese zarandeo no justificado, acaso caprichoso en exceso, no adquiere nunca la densidad ni la contundencia que debiere, dada la magnitud de la peripecia narrada.

La radiografía del esplendido personaje central, de resultas, aunque debiere rebosar solidez, hondura, aspereza, turbiedad y brío instintivo, no pasa nunca de ser timoratamente epidérmica.Great Freedom 4 Los saltos temporales parecen encaminados únicamente a escenificar las relaciones amorosas y estas, sobre todo la segunda de ellas, no justifican en demasía la decisión de proponerlas al entramado argumental. Parece que son incorporadas únicamente para mantener en un segundo plano el segmento dramático más importante del film, la deriva de la convivencia con Viktor. Cuando este núcleo, excesivamente tarde, trata de descerrajar el incuestionable atractivo que supone el cambio de posicionamiento de estimas mutuas propuesto, el film no hace sino dejar constancia de su jamás erradicada superficialidad. La vigilancia a ambos personajes tendría que haber sido más próxima, visceral, arriesgada y detenida.

Si a todo ello se le une el escaso aplomo con el que Meise acomete una puesta en escena de una sobriedad mucho más preocupada por limar severidades y excesos que por abundar en los aspectos más desesperados de la historia, no queda más que constatar la fragilidad y la displicencia de un film al que solo hace escapar de esa insuficiente mesura la soberbia interpretación del gran Franz Rogowski.

El siempre intachable intérprete alemán sí presta al personaje y a la película la esquiva, confusa, resignada y fiera intensidad que el director solo sabe concretar en pocos momentos, fundamentalmente en la furtiva escena de arranque del film y en los quince minutos finales, donde, hay que reconocerlo, entrega un plano de cierre magnífico.  El actor desborda un film que no está a la altura de la astuta implicación con el que él se entrega, abriéndose en canal física y entrañadamente, para procurarle al prodigioso personaje la compleja rotundidad, la testaruda resignación, la paciente rebeldía que lo constituye.  GREAT FREEDOM, por desgracia, no es el escenario idóneo para tan rotunda declaración de puntualidad interpretativa. El academicismo, esa cautela incapaz de escapar al mandamiento establecido, procura siempre esa angosta insatisfacción bienintencionada.

 

 

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