Sección: OFICIAL
Dirección: Vivian Qu
Nota: 6.5
Además de por sus dos largometrajes anteriores, la directora china Vivian Qu tiene en su haber ser la productora de uno de los títulos más importantes que ha dado el cine negro contemporáneo. Nos referimos a BLACK COAL, THIN ICE, el soberbio film del hoy consagrado Diao Yinan. Cuesta muy poco advertir en la presente GIRLS ON WIRE la sana influencia del creador de EL LAGO DEL GANSO SALVAJE. Sin embargo, pese a que son más que apreciables los muchos riesgos asumidos por Qu, el resultado final de su obra dista lejos de ser comparable al de la rigurosa, áspera solidez ahondativa cuajada siempre por Yinan.
El film se abre con una violenta escena escapatoria. Vemos los tremendos esfuerzos combativos que una joven encerrada y con evidentes signos de violencia en su rostro tiene que improvisar para escapar a esa fatalidad. Tras fugarse de ese violento encierro, Tian Tian trata de buscar a su prima Fang Di en unos gigantescos estudios cinematográficos, donde esta trabaja como (exhausta, explotada) doble de escenas de acción. La película narra el encuentro entre ambas y sus peligrosas consecuencias. A Tian Tian le persigue la mafia de la ciudad y Fang Di se siente muy agobiada por unos acuciantes problemas económicos.
GIRLS ON WIRE se sostiene en esa observación a dos bandas, pero decide complejizar los vericuetos narrativos inherentes a las problemáticas que ambas arrastran quebrando la linealidad temporal del relato. Esta se proscribe, porque el guión propone un buceo en el pasado familiar unido de ambas, sometiendo al seguimiento de los acontecimientos a un discutible vaivén de tiempos biográficos que tratan de esclarecer los motivos del presente tan dificultado de carencias al que las dos a duras penas tratan de hacer frente.
Acaso el principal problema que evita que la obra no adquiera la rotundidad exigible sea que esta ilación de acontecimientos pretéritos mengua la hondura, la severidad supuesta a un thriller dramático como el que parece apuntar un primer tercio francamente sugestivo. En esa primera parte, la que narra el modo en el que Tian Tian arriba hasta los estudios de cine, ensamblado a las escenas en las que vemos las dificultades físicas que Fang Di trata de solventar en el ejercicio de su profesión, Qu exhibe un firme pulso narrativo. Resultan muy sugerentes las escenas del rodaje del film de acción china medieval fantástica, puesto que significan en el fondo ese reverso dramático del doble. Ambas protagonistas padecen condenadas a una existencia muy alejada de la falsedad ilusoria sobre la que se fundamenta la atracción por el cine. Sin embargo, tal y como ha quedado sugerido, el zigzagueo de tiempos resta potencialidad a las acciones no memoriadas. Y estas, a su vez, pecan de reiteración. El film no se decide a privilegiar como debiere la trama mafiosa. El relato reclama arrojo. En su lugar se exhibe cautela conciliadora en exceso.