Cuando en la cartelera aparece Michael Douglas, siempre es más fácil acertar y en Wall Street: El dinero nunca duerme, sigue cumpliendo las expectativas.
Me considero un admirador del trabajo que ha realizado Michael Douglas a lo largo de toda su carrera y creo no equivocarme mucho, cuando digo que se trata uno de los mejores actores de nuestros tiempos. Disfrutar de esta película con él ha corroborado mis gustos cinematográficos.
No obstante tendremos que diferenciar entre dos tipos de espectadores que se atrevan a acercarse al cine a ver esta película, aquellos acostumbrados a leer las páginas salmón de los diarios y que buscan un contenido financiero e histórico, que arroje algo de veracidad en los tiempos que corren, y aquellos acostumbrados a ver un cine con dosis de romanticismo, drama, guiones originales y todo aquello que rodea un buen film.
Para aquellos que ojean el Blog salmón de vez en cuando, os aseguro que vais a flipar con lo que veréis, ya que podríamos decir que es la primera película que empieza a contar algo sobre aquello que venimos denominando como “crisis” a nivel mundial. Existen varias escenas, que os aseguro no deben de diferir demasiado de cómo se cuecen las finanzas en las altas esferas. Reuniones con decisiones que afectan a toda una nación, personas con capacidad de hundir o reflotar una empresa con un chasquido de sus dedos, grandes presiones políticas, en definitiva y como bien se hace llamar la película, todo lo que rodea al valor del dinero, aquel que nunca muere.
Sin embargo el que prefiera disfrutar de un guión lógico, no creo que sea de vuestro agrado, ya que, la historia que aparece paralela al mundo de las finanzas, consiste en una historia pobre, en la que los guionistas se han embarcado en un viaje difícil de resolver sin caer en un asombroso ridículo, como por desgracia ocurre en este film.
Realmente me planteo cómo puede ser, que teniendo todos los condicionantes para crear una obra de arte, siempre se tenga que meter la pata en alguno de los pilares fundamentales en la estructura cinematográfica, que sin gozar de unas reglas predeterminadas, es sencillamente intuitivo, la reacción de todo el público. Se ha pensado en plasmar la situación económica de los últimos tiempos, y para no limitarla a un público demasiado especializado, se ha adornado con una historia romántica con elementos dramáticos para llamar la atención del resto del público. Queridos guionistas, la situación financiera ya es de interés general, y no tiene por qué llenarse de absurdas historias.
Sin embargo la forma de presentar la evolución financiera me parece magistral y sólo por este detalle merece la pena ir a ver aquellas secuencias que realmente creo que se acercan a la situación realmente acaecida en esos incomprendidos mundos Bursátiles.
