Dedicada al público adolescente y que siempre destaca por incluir trabajos innovadores que rompen con lo establecido nos llega "De Mayor Quiero ser Soldado".
De mayor quiero ser soldado, dirigida por Christian Molina y producida por Canónigo Films, Stars Pictures, Trees Pictures y Black Flag Cinema, ha sido galardonada con el premio Marco Aurelio a la mejor película en la sección “Alice Nella Città” del Festival Internazionale del Film di Roma,
El jurado, compuesto por niños menores de 12 años, ha entendido el mensaje que el director ha querido enviar: “Esta película os enseña que el cine es una herramienta para exponer los limites del ser humano, no un arma que incentive experimentarlos”.
El Festival de Roma es el segundo certamen que selecciona De mayor quiero ser soldado, después del éxito de crítica y público obtenido en el Sitges Festival Internacional de Cinema Fantástico de Catalunya 2010.
De mayor quiero ser soldado, protagonizada por Fergus Riordan, Ben Temple, Jo Kelly y Andrew Tarbet, explica la influencia que puede llegar a ejercer en los niños la violencia que ven a través de los medios de comunicación. El filme ha contado con la participación de Danny Glover, Robert Englund y Valeria Marini.
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La historia está inspirada en miles de casos reales y responde a un dato escalofriante: un niño, a la edad de 18 años, habrá visto más de 40.000 asesinatos y 200.000 actos de violencia por televisión, cine y videojuegos. Para construir y realizar esta obra cinematográfica el director ha contado con la ayuda de psicólogos, estudios clínicos, observación escolar y realidades diarias.
La película cuenta la historia de Álex, un niño de diez años fascinado por la violencia en la televisión y en los videojuegos. Álex empieza a desarrollar problemas de comunicación con sus padres y otros compañeros del colegio por lo que se encierra en sí mismo, inventando dos amigos imaginarios, el Astronauta Capitán Harry y su alter ego, el Sargento John Cluster. Cuando su madre da a luz gemelos, Álex empieza a sentirse solo y desatendido, eclipsado por la llegada de sus nuevos hermanos. Traicionado y herido consigue que su padre le recompense con algo que siempre había deseado: una televisión en su cuarto. A través de la televisión, Álex descubrirá un nuevo mundo y se sentirá totalmente fascinado por todo lo que ve. El elemento catalizador de la historia será esta creciente obsesión por las imágenes de guerra y destrucción.
El joven director Christian Molina se ha vuelto a poner tras las cámaras después del éxito obtenido con sus anteriores largometrajes Rojo Sangre (2004) y Diario de una ninfómana (2008) y de la buena acogida recibida por Estación del olvido (2009), estrenada el pasado 4 de junio, en los 12 festivales de cine nacionales e internacionales en los que ha participado.