Noe 2014 Imagen 1

Título original: Noah

Año: 2014

Duración: 138 min.

País: Estados Unidos

Director: Darren Aronofsky

Guión: Darren Aronofsky, Ari Andel

Música: Clint Mansell

Fotografía: Matthew Libatique

Reparto: Russell Crowe, Jennifer Connelly, Emma Watson, Anthony Hopkins, Ray Winstone, Logan Lerman, Douglas Booth, Marton Csokas, Nick Nolte, Mark Margolis, Leo McHugh Carroll, Kevin Durand, Madison Davenport, Dakota Goyo, Gavin Casalegno, Nolan Gross, Skylar Burke

Productora:ParamountPictures / New Regency

Nota: 4.5

No le ha sentado nada bien a Aronofski el rescate, la puesta al día del género bíblico pretendida en esta inconexa, quebrada y demasiado pretenciosa NOÉ. La verdad sea escrita, teníamos muchas ganas de ver cómo se hA desenvuelto el creador de CISNE NEGRO dentro de los parámetros casi siempre convencionales de las grandes producciones hollywoodienses, puesto que el norteamericano, hasta el momento, no había decidido reconducir su carrera por este tipo de tentaciones, cómo no, siempre lícitas, aunque prolijas de opíparas renuncias.

Sin embargo, una vez vistos los resultados cabe decir que ha errado palmariamente, sobre todo, a la hora de encauzar con tino, firmeza y consistencia las numerosas premisas intencionales desde la que parte su apuesta. El film no tarda un solo segundo en trazar una evidente suma de postulados a partir de los cuales ha ido generada la historia y a partir de los cuales, también, ésta ha sido concretada en imágenes. Desde el principio, el espectador asiste a una arrolladora operación de desvíos, novedades y aportaciones que tienen como objetivo poner en evidencia que NOÉ ha sido concebida con la, en principio, noble intención de sacudirse de encima el menor atisbo de previsibilidad.

En el centro mismo de esta maquinación hallamos la voluntad de desmarque frente al género reclamado. Los primeros planos del ejercicio ponen sobre aviso de que la incursión de Aronofski en el terreno de los films sustentados sobre personajes bíblicos va a distar mucho de ser clásica. En modo alguno, por lo tanto, lo que se propone el realizador es reivindicar los consabidos parámetros estilísticos de las películas más famosas de este género durante los años cincuenta y sesenta. No nos hallamos frente a una operación rememorativa o nostálgica, sino ante una urdimbre de intenciones que huyen frontalmente de las glorias de un género que, por otro lado, hoy no resistiría ese calco.

Una vez planteada la disyuntiva, el realizador se propone acometerla dirimiendo una serie de osadísimas soluciones  escénicas que terminan por zanjar la huída, lal caída en lo visto, la comodidad de lo esperable. La primera de ellas, la decisión de encuadrar los acontecimientos ateniendo a un criterio explícitamente contemporáneo, postmoderno, libérrimo. Aronofski, tiene todo su derecho en tanto que creador personal de un producto, involucra en su tentativa a una puesta en escena arrolladoramente adscrita a una estética de marcado cariz postapocalíptico, dentro de  la que, no sin sentido alguno, ordena que los acontecimientos narrados y los personajes convocados busquen una extraña coherencia.

Aquí se fragua la mayor de las frustraciones del film: esa coherencia, esa fluidez, esa nitidez no cuaja. El l riesgo que asume su propuesta es mayúsculo y, durante todo el film, se tiene la sensación que el realizador no da jamás con la solución de armonizar el destino de sus peresonajes en el interior del artefacto escénico privilegiado para la ocasión. NOÉ noe-2014-imagen-13es un film de atrevidas intenciones y de insatisfactorios resultados, pues aquellas actúan más como un empeño caprichoso que como un propósito bien pertrechado de sustancia y pertinencia. La aparatosidad y la sorpresa de sus contribuciones ( la geografía desértica, las criaturas monstruosas,el diseñode vestuario, el pesimismo humanista explicitado, la crítica al fanatismo religioso, etc…) no hallan fluidez ni capacidad de embeleso en el encadenado audiovisual resultante.

A las carencias evidentes de un guión a todas luces mejorable (la pincelación de los personajes, si exceptuamos a Noé, es francamente burda; la deriva obsesiva de éste viene delineada de forma tosca e impostada), se le une un trabajo del realizador que deja traslucir siempre su propia molestia ante la nociva acumulación de factores pretendidamente turbios, novedosos e inesperados. A hallazgos, apuntes de incuestionable validez (los planos sobre Jennifer Connely, las dudas del Noé de la primera parte, la sequedad del paisaje, el plano de los humanos siendo abatidos contra la roca, fuera del arca), se le suman episodios absolutamente ridículos e insatisfactorios (Matusalén con la hijastra, la salida de Noé para buscar al hijo…). Da la impresión de que a Aronofski le ha ocurrido lo mismo que a George Clooney enla reciente MONUMENT MEN: que el film se resiente de la propia conciencia de debacle contra la que concluye su disposición frente al producto entre manos. NOÉ nunca soluciona el conflicto que se establece cuando quien la tiene que serenar y dar orden se da cuenta a mitad de camino de que esto es imposible.

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