Título original: The Equalizer 2
Año: 2018
Duración: 120 min.
País: Estados Unidos Estados Unidos
Dirección: Antoine Fuqua
Guion: Richard Wenk (Personaje: Richard Lindheim, Michael Sloan)
Música: Harry Gregson-Williams
Fotografía: Oliver Wood
Reparto: Denzel Washington, Pedro Pascal, Bill Pullman, Melissa Leo, Ashton Sanders, Jonathan Scarfe, Sakina Jaffrey, Lexie Roth, Caroline Day, Donald Cerrone, Abigail Marlowe, Alin Halajian, Annie Pisapia, Joseph Oliveira
Productora: Columbia Pictures / Lonetree Entertainment / Mace Neufeld Productions / Sony Pictures Entertainment (SPE) / Fuqua Films / Escape Artists
Nota: 0
Como intentar roer magro en hueso ya relamido. La mayoría de segundas partes nunca fueron buenas porque al hueso ya no le quedaba sustancia. De ahí que el producto consecuente quede siempre estirado, desaborido, pavo, aguachirri de tienda de gasolinera. Además, obviamente, luego está el tema del material a alargar de sabor. Por poner un caso reciente, no es lo mismo articular un reencuentro con un preliminar de la categoría de LOS INCREIBLES, un caldo con un muy nutrido fondo, que hacerlo de THE EQUALIZER, el film de Antoine Fuqua de hace tres temporadas, que, más que caldo, era chichinabo en pastilla concentrada con la fecha de caducidad haciendo señales de humo.
Mientras el film de la Pixar dirigido por Brad Bird basaba su extrovertida eficacia en la acumulación de un fecundo enjambre de apuntes argumentativos (algunos de ellos, notablemente desarrollados en su dignísima secuela), el otro concluía certificando su naturaleza de operación fílmica trasnochada, roma y, creíamos, exhausta: nada más y nada menos que una teórica, nada disimulada puesta al día de una de las peores lacras cinematográficas de los 80, el cine de justicieros vengativos con el careto de Charles Bronson descerrajando violencia al amparo del “la letra con tiro en frente entra”. Vamos, sacar magro en condiciones de un hueso “pelao” del calibre de THE EQUALIZER tiene las mismas posibilidades de éxito que hacerle el boca a boca a Franco para resucitarlo a que vea su propia exhumación. De ahí que THE EQUALIZER 2 haya quedado como para enterrarla en el hueco que va a dejar el dictador exhumado próximamente.
Del Antoine Fuqua de TRAINING DAY, por seguir con la cosa, queda lo mismo, esperemos, que del bigotillo del Sr. Franco Bahamonde. Esta nueva cita con Robert McCall, además de inenarrablemente abyecta desde un punto de vista ideológico, resulta pacata visualmente, rutinaria de intensidad y plana en lo escenográfico. En la maquinación de la trama se han gastado el mismo tiempo que Maluma en componer una canción para tirarla a la basura. El meollo argumental vengativo es aberrantemente simple, más pelado que los tropezones de arándanos en un yogurt de frutos del bosque.
No es que el conflicto entre buenos y malos sea maniqueo y nulo, es que se ve venir como un tren que llega en hora. THE EQUALIZER 2 no es un film, sino un fachorrerío meando fuera de tiesto con esvástica, un patético espectáculo con Denzel Washington haciendo de Steven Segal sin karate, esto es, poniendo cara de coleta y diciendo que lee a Proust, como haciendo méritos para que Risto Mejide lo llame a su programa. Un cover de YO SOY LA VENGANZA tan válido como Amaia Montero protagonizando un biopic de María Callas. En fin, como para desear que resucite Harry El Sucio para que se le arregle el día dándoles merecido en la frente a todos estos…