Título original: Mila
Año: 2020
Duración: 90 min.
País: Grecia
Dirección: Christos Nikou
Guion: Christos Nikou, Stavros Raptis
Reparto: Aris Servetalis, Sofia Georgovassili, Argyris Bakirtzis, Anna Kalaitzidou, Babis Makridis, Kostas Laskos, Kimon Fioretos, Alexandra Aidini, Costas Xikominos, Nota Tserniafski, Konstantinos Papatheodorou, Akis Benardis, Simos Vogiatzoglou, Thekla Gounaridou, Savvas Kovlakas, Natalie Chavez, Electra Sarri, Angelos Andriopoulos, Alexis Koutroubis, Aliki Klonari, Aoulona Loupa
Nota: 8.1
Comentario Crítico:
Ayudante de dirección de cineastas tan dispares entre sí como Yorgos Lanthimos (en CANINO) y Richard Linklater (en BEFORE MIDNIGHT), Christos Nikou exhibe sin rubor en su debut en el terreno del largometraje una notoria veneración referencial fundamentada en la singularidad despojada, obsesiva y (de falsa apariencia) parca que ha hecho del creador de LA FAVORITA uno de los corpus cinematográficos más loados del panorama actual.
APPLES, desde su mismo inicio, juega a reivindicar esa querencia, al no tardar en inmiscuir al espectador en el terreno de una fábula de carácter minimalistamente distópico en la que lo cotidiano no tarda en supurar un siniestro magma de astuta crueldad recogida, ensimismada.
Con todo, ese explícito juego propuesto con respecto a los modos y maneras más reconocibles de la retórica lanthimiana no se convierte en mera coartada continuista o reverencial para esta mucho más que curiosa obra ganadora del Premio a la Mejor Película de la Sección Nuevas Olas del SEFF 2020. No nos hallamos frente a un film concebido como una supeditación a un modelo reconocible y exitoso, ni como el logro de un discípulo aventajado.
Contra pronóstico, Nikou convoca a Lanthimos para minarlo, para utilizarlo como materia analítica a la que desacralizar, para aplicarle una quirúrgica intervención de pasmada ironía auscultativa.APPLES se recrea mediante prudente picardía en una suerte de ácida beligerancia combativa, destinada a ir paso por paso a hurgar, desenmascarar, patologizar burlescamente los lugares comunes dentro de los cuales se ha enroscado la trayectoria del autor de LANGOSTA.
La historia de este triste solitario afectado de un virus que condena a quien de él se ha contagiado a una paralizante desmemoria y que, para tratar de mitigarla, se somete a un tratamiento consistente en superar una serie de pasmosas pruebas de sociabilización diseñado por un par de especialistas que lo acogen como paciente se revuelve mordazmente contra la asfixia laberíntica, caprichosa y atornillada asumida por su referente. Nikou aplica esperanza a ese callejón sin salida. El descaro resulta asaz estimulante. Lanthimos recibe un tan cariñoso como escocedor merecido.