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Phoenix

Bankrupt!

[V2 Records; 2013]

Calificación: 4.5/10

Escúchalo en: Spotify


Phoenix son uno de un selecto número de grupos que han conseguido el éxito manteniéndose firmes en su estilo. Un estilo que arrancó con aquel fantástico “United” que nos trajo el primer gran single de la banda, el implacable "If I Ever Feel Better". Y fue así como los franceses se convirtieron en una banda de singles aunque tuvimos que esperar seis años para escuchar el siguiente gran momento de Phoenix de nombre "Consolation Prizes" incluido en el irregular aunque efectivo “It's Never Been Like That”.

Y llegó “Wolfgang Amadeus Phoenix”, donde la banda liderada por la personal voz de Thomas Mars realizó un disco de singles y catapultar su carrera hasta el infinito, canciones como “Liztomania” “1901” “Rome” o “Lasso”  son las responsables del  revuelo que ha causado este Bankrupt!

El quinto disco de Phoenix tal vez peque de lo que lo hacían sus primeros trabajos, discos muy medidos pero con poca munición instantánea. Al disco le faltan hits por todos sitios si uno espera que fuera una continuación del anterior, pero no le faltan ideas.

En Bankrupt!, Phoenix han optado por sacar a relucir todos los botones de los sintetizadores ochenteros llenándolo todo de bits y arreglos a veces un poco horteras como en el único avance hasta la fecha, "Entertainment". Una canción llena de olor oriental, como muchas otras pero que acaba por resultar naftalina pura, acelerada, sin sentido, estridente, mal empezamos.

Aunque este Lp contiene momentos muy destacables, donde el grupo decide no hacer bailar al oyente y se centra en un sonido más personal,  como el estribillo de “The Real Thing” al más puro estilo “Rome” o en la genial “Trying to be cool” donde el grupo consigue la comunión total entre su pasado y su presente, posiblemente el mejor momento del disco. Aunque no queremos dejar de destacar  la oscura "Chloroform", el rápido estribillo de “S.O.S in Bal Air” o la intimista "Bourgeois" que nos muestra esa faceta faceta más creativa del grupo de Versalles.

A partir de aquí, salvo el final con “Oblique City” a lo preadolescente norteamericano, no se entiende casi nada.  Que la canción que da título al disco ande en mitad del disco como para separar dos partes y no solo no lo consigue sino todo lo contrario no se entiende, es un coito interruptus de primera generación que no hace nada más que desengancharnos del disco. Los teclados durante todo el disco se hacen molestos hasta la náusea,  es demasiado arriesgado hacer un disco con el mismo truco durante diez canciones, “Dont” es el gran estandarte de esto último.

Flojo disco para Phoenix, con algunas buenas ideas pero sin acabar de acabar nada, falto de melodías y con un abuso excesivo de las teclas, cuarenta minutos de medias tintas. Veremos cómo se las gastan en directo.

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