Puntuación de las películas vistas: 45 AÑOS, de Andrew Haigh, o EL CLUB, de Pablo Larraín deben lograr el Oso de Oro.
Como todos los años, una vez vistos todos los film a competición así queda la lista definitiva de puntuaciones. Cabe resaltar que algunas de las calificaciones han podido sufri una mínima variación con respecto a la dada el día de la publicación de la crítica.
Esto es así, por cuanto nos gusta que no exista empate alguno y porque, lógicamente, el repaso conjunto a todos ellos permite que la modificación consecuente a una verdadera valoración definitiva y global.
Hecha esta aclaración, el listado definitivo de nuestras preferencias es el siguiente:
45 YEARS, de Andrew Haigh: 9
EL CLUB, de Pablo Larraín: 8.9
IXCANUL, de Jayro Bustamante: 8.8
CHA VA CON VA, de Phang Dan Di: 8.5
EL BOTÓN DE NACAR, de Patricio Guzman: 7.9
TAXI, de Jafar Panahi: 7.2
UNDER ELECTRIC CLOUDS, de Alexey German. 7
AFERIM!, de Radu Jude: 6.9
VICTORIA, de Sebastian Schipper: 6.8
EISENSTEIN IN GUANAJUATO, de Peter Greenaway: 6.5
VERGINE GIURATA, de Laura Bispuri:6.3
BODY, de Malgorzata Szumowska: 5.9
JOURNAL D´UNE FEMME DE CHAMBRE, de Benoit Jaquot: 5.8
AS WE WERE DREAMING, de Andreas Dresen : 3.5
KNIGHT OF CUPS, de Terrence Malick: 3
QUEEN OF THE DESERT, de Werner Herzog: 2.5
GONE WITH THE BULLETS, de Jiang Wen: 0.5
TEN NO CHASUKE, de Sabu: 0
CHA VA CON VA (BIG FATHER, SMALL FATHER AND OTHER STORIES), de Phang Dan Di.
Nota: 8
Segundo largometraje del vietnamita Phang Dan Di, CHA VA CON VA nos descubre a un realizador realmente capacitado para la descripción sensorial, deslizante, fugada, etérea e inaprehensible tanto de los personajes que convoca su relato, como para la urdimbre de los acontecimientos escenificados. El director asiático brinda una notable muestra de cine escapado, en el que las intuiciones adquieren mucha mayor relevancia que las certezas expuestas.
La acción del firme nos traslada hasta la década de los años noventa en Saigón. Allí conocemos a Vu, un estudiante de fotografía, que comparte piso con un grupo de amigos en un piso situado a orillas del río que cruza la ciudad. La película aborda de forma sutil y sospechada la convivencia entre todos, centrándose poco a poco en la atracción que Vu siente por uno de ellos, Thang, quien trabaja como barman en una discoteca nocturna y mantiene una relación con Van, una joven mujer que allí trabaja como night-dancer.
Como ha quedado mencionado, en el film lo más importante no es la concatenación de los hechos narrados sino el modo en el que estos son emplazados. Phang Dan Di impone una puesta en escena muy naturalista, en la que, lejos de anquilosarse en la mera exhibición verosímil y concatenada de sucesos, lo más fascinante es el modo en el que se logra aprehender el estado de vacilación íntimaque está experimentado el protagonista. Sus dudas, sus represiones, sus miedos, sus interrogantes, el despertar a una confirmación de su deseo homosexual requiere que el tono del relato, de alguna forma, integre esta encrucijada de dubitaciones en el mismo modo de concretarse expresivamente. El realizador, admirablemente, lo consigue. El fluido ensamblaje entre planteamiento reconocible de las acciones encuadradas y el combate subjetivo de las mismas permite a CHA VA CON VA imponerse como un ejercicio desconcertantemente hipnótico.
Muy cercano en pulso (eso sí, sin que en ningún momento podamos hablar de descarada emulación, ni de copia de hallazgos personales) al universo estético-formal de Apichatpong Weerasethakul, el ejercicio dispone un muy atractivo y arriesgado entramado de elipsis temporales, así como una puesta en escena muy atenta a la imposición de la acuciante crisis de identidad afectiva que padece el personaje central. El film avanza reposada e indefectiblemete como el caudal del río que le da inicio, a golpe de líquida intuición, de escurridizo misterio. Especialmente notable, a tal efecto, resulta la larga secuencia que transcurre en el barco del padre. El realizador aprovecha al máximo la inquietante espesura forestal, acuática y enlodazada que procuran los márgenes del río: el rigor salvaje e ignoto de ese espacio actuará como elemento catalizador de los deseos más ocultos; el contacto de los cuerpos con la naturaleza preconizará una serie de reacciones inesperadas. Todos los personajes deberán nadar sobre el caudal apremiante de su desnudez. Extraña, sugestiva, ambigua y firmemente incierta, CHA VA CON VA, nos alegramos enormemente de ello, da la impresión de anunciar al panorama internacional la personalísima irrupción de un realizador llamado a magníficos logros.