Guardians Of The Galaxy Imagen 32

Título original: Guardians of the Galaxy

Año: 2014

Duración: 121 min.

País: Estados Unidos

Director: James Gunn

Guión: James Gunn, Nicole Perlman (Cómic: Dan Abnett, Andy Lanning)

Música: Tyler Bates

Fotografía: Ben Davis

Reparto: Chris Pratt, Zoe Saldana, Dave Bautista, Bradley Cooper, Vin Diesel, Lee Pace, Benicio del Toro, Michael Rooker, Karen Gillan, Glenn Close, John C. Reilly, Djimon Hounsou, Ophelia Lovibond, Paulina Boneva, Josh Brolin, Laura Haddock, Emmett Scanlan

Productora: Marvel Enterprises / Marvel Studios / Moving Picture Company (MPC) / Walt Disney Studios Motion Pictures

Nota: 7.5

Disfrutable, entusiasta, desenvuelta y trufada de milimétrico vitriolo humorístico, GUARDIANES DE LA GALAXIA, con todo merecimiento, se puede vanagloriar de constituirse como la auténtica sorpresa de este desguazado estío de merceformers  y transfornarios. La Marvel ha hecho muy bien en situar a los mandos de esta variopinta reunión de criaturas intergalácticas resabiadas a un James Gunn, que demuestra, secuencia tras secuencia, una pericia realizadora nada anodina ni entregada a la causa del mero cumplimiento facturativo,  mediante la que acredita estar  llamado a ocupar el trono que ahora disputan J. J. Abrams, Matthew Vaughn o Joss Whedon dentro del panorama del cine de acción contemporáneo.

El arranque de esta nueva franquicia lanzada al consumo público por  la mentada productora de comics no puede ser más que calificado como estimulante. En tiempos en los que las segundas y terceras partes de algunos de los seriales estrenados durante el último lustro no están cumpliendo con el objetivo de estar a la altura del film que les sirvió de origen, causa regocijo darse de bruces con un producto que se aclama de forma tan sabia, enérgica y desvergonzada al manifiesto despliegue de medios dispuesto para la ocasión, pero no para perseguir la trillada exhibición de los mismos, sino para disponerla al servicio de una evocativa y pertinente ligereza artesanal.

Lo más destacable de la deleitosa función hay que atribuírselo a la desenvoltura con la que Gunn resuelve la nada fácil tarea de otorgar una jugosa pertinencia autónoma a un producto que, con todo derecho, se reclama deudor del cine de aventuras clásico de todos los tiempos, aunque sean más que obvias –y entrañables- las conexiones con la primera trilogía de la saga de LA GUERRA DE LAS GALAXIAS: el film reivindica con tanto apetito como ironía el aliento desinhibido, la sana y diestra simpleza en superficie que caracterizan a esta clase de films en los que la suma de acciones yuxtapuestas en progresión les presta la enjundia requerida, sin que medie ninguna veleidad retórica trascendental alguna.guardians-of-the-galaxy-imagen-33

Así, por ejemplo, ese cansino aliento trágico, turbio, conscientemente grave, que se ha impuesto a todo superhéroe volador desde la portentosa e influyente EL CABALLERO OSCURO, de Christopher Nolan, aquí, por fortuna, está apuntado sólo como factor descriptivo (cada uno de los protagonistas tiene una historia personal pasada poco venturosa: no resulta baladí el tono luctuoso de la secuencia inicial, rápidamente contestado  con la primera aparición -cantando, convertido en mercenario- de Peter adulto),  vapuleado a golpe de sorna traída con desenfadado gusto (el contraste entre las dos escenas mentadas –la de apertura y la del mínimo número de baile que se marca Quill- valdría como medida del divertido desconcierto que reina en todo el film).

El humor, por lo tanto, jugado con habilidad se torna la pieza clave mediante la que, primero, combatir el peligro de esa tentadora opacidad de manual y, segundo, procurar al producto una irónica gracilidad que, además, en ningún momento descabalga por el terreno de la parodia facilona a ultranza.guardians-of-the-galaxy-imagen-39 Así hay que reconocer la valía de aportaciones tan remarcables como la imposición de la música ochentera que escucha y gusta de reivindicar Peter Quill,  las reiteradas y monolíticas respuestas de Groot (la elección para ello de la voz de Vin Diesel es descacharrante de por sí), las dificultades para el doble sentido lingüístico de Drax y, cómo no, la verborrea, los modos y la relación con Groot de Rocket.

A todo ello hay que añadir, lógicamente,  la destreza escénica del director para reconducir el peligro de dispersión que conlleva una película tan coral y, sobre todo, para dotar a todo el producto del ritmo, la intensidad y la finura de progresión de la que GUARDIANES DE LA GALAXIA hace gala. Nos hallamos frente a un producto que logra con encomiable soltura su máximo objetivo: brindar un entretenimiento de altura, inteligente, lleno de guiños tanto a los seguidores del comic original como a los espectadores cinematográficos fanáticos de este tipo de propuestas. Llevábamos muchos meses esperando que una película se ganara las palomitas. Ésta se merece el pozal grande, la galleta Viena y el chupa-chups Kojak...

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