Requiem Por Un Sueno

“Desafortunadamente, el equilibrio de la naturaleza estipula que la super-abundancia de sueños se paga con el aumento de las pesadillas”

Peter Ustinov.


 

Pese a que ya habían transcurrido diez años desde el estreno esta película, y ante la escasa oferta de películas interesantes en cartel, decidí revisionarla y recordar que había provocado que en mi memoria se hubiera guardado tan buen recuerdo.

Y enseguida recordé que virtudes encontré en esta cinta, empezando por la espectacular actuación de Ellen Burstyn, bordando el papel de madre que, sumida en la más absoluta soledad, sólo alberga el sueño de salir en un programa de televisión, encontrando en esta meta la razón para seguir viviendo, una vez que su marido ha fallecido y su hijo está más ocupado en traficar con drogas que en visitarla.

Darren Aronofsky, que ya había demostrado su estilo personal, en su opera prima “Pi”, decidió llevar a la gran pantalla la novela homónima de Hubert Selby Jr., centrando la trama en el descenso a los infiernos de los personajes principales provocado fundamentalmente por sus adicciones a distintas sustancias.

Aronofsky nos muestra con gran crudeza, los efectos devastadores que la droga produce en una madre, Sara Goldfarb, que recurre a las anfetaminas para conseguir adelgazar los kilos necesarios que le permitan volver a entrar en el vestido que utilizaba hace veinte años. Su inminente aparición en la televisión así lo requiere, enmascarando en esa imagen evocadora, la cruda realidad de la monotonía diaria, en un mundo en el que ya no quedan razones por las que vivir, anhelando el regreso del amor y el cariño de su hijo y su marido, perdidos por diferentes razones.

Jared Leto, en el papel del hijo de Sara, creer encontrar en el tráfico de drogas la salida a sus problemas, cayendo irremediablemente en su propia mercancía, y compartiendo su actividad con su novia, una Jennifer Connelly que enamora al espectador, al que se une su compañero de fatigas Marlon Wayans, otro de los personajes que ha de demostrar que ha logrado el éxito.

La película tiene un ritmo que va in crescendo, conduciéndonos a través de una atmósfera que cada vez se va haciendo más angustiosa y opresiva, valiéndose el director de recursos técnicos que consiguen el efecto buscado: hacer nacer la sensación de desasosiego y angustia en el espectador, ante el inevitable drama final.

Quizá sean estos recursos técnicos lo que más se le ha criticado al director de la película. La división de la pantalla para mostrar diferentes imágenes, la aceleración de las imágenes para mostrar secuencias repetitivas o el uso de planos cortos, son algunos de ellos, provocando que tras su estreno fuera tachada de “videoclipera”, muy al estilo de lo que años después haría Baz Lhurman en su “Moulin Rouge”.

Al ver la película, resulta imposible no ver puntos en común con su predecesora Trainspotting, de Danny Boyle, aunque en este caso los giros humorísticos de aquella no estén presentes, centrándose únicamente en el drama. Un drama que deja ese regusto amargo y difícil de digerir, que va haciéndose mayor a medida que pasan los minutos, ayudado en gran parte por la gran banda sonora y, en gran medida, gracias al tema Winter Lux Aeterna, de Clint Mansell, que martillea tu cabeza, aún habiendo transcurrido horas después de ver la película. Dejo el enlace de un tráiler realizado utilizando de fondo la citada canción. Las imágenes muestran claramente la crudeza de la película.

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Hay quien le ha criticado que no es más que un anuncio contra la drogadicción con una duración de hora y media. Si esas son todas las críticas que recibe, bienvenidas sean. Lo que si parece claro, es que su visionado en colegios como campaña de prevención, sólo lograría traumatizar a los niños.

Por otro lado, siempre me quedará la duda de cual era la intención del Director en la caracterización del personaje de Ellen Burstyn. A mi no deja de recordarme -especialmente en las escenas finales- a Norma Desmond en Sunset Boulevard ( El crepúsculo de los Dioses, en España), del gran Billy Wilder, la que es para mi una de las mejores películas de la historia del cine.

Por todo esto que os cuento y por muchas cosas que descubriréis por vosotros mismos, en el caso de que os haya convencido mi crítica, es por lo que recomiendo que si tenéis la oportunidad no la desaprovechéis y os enfrentéis a la fragilidad de vuestros propios sueños. Pues como ya dijo alguien mucho mejor de lo que yo lo diría,

“Cuando nuestros sueños se han cumplido es cuando comprendemos la riqueza de nuestra imaginación y la pobreza de la realidad”

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