Noche de Míticos
Diez de la mañana. Calor. No había dormido ni tres horas y ya no podía estar dentro de la tienda. Todos mis compañeros de campamento ya estaban despiertos y sentados en sus sillas, rematando alguna litrona recalentada entre la basura que iba creciendo a nuestro alrededor.
Después de pasar el día en la piscina de Biar (la opción más factible, ya que en el camping no se podía vivir) comenzamos la tarde con el primer concierto de la jornada: los valencianos VaDeBo. El conjunto, con ex-integrantes de Termofrígidus, dejaron claro en el escenario Maneras de Vivir que en la “terreta” se hace buena música, sin dudarlo. Un rato después, tras escuchar desde la lejanía a Subtrabelios y M.C.D. me dejé caer por el conciertazo que dieron los Def Con Dos. Haciendo gala de canciones de su último disco “España es idiota”, alzando sus máscaras-pistolas y con un César Strawberry lanzando continuas pullitas sobre el virus Ébola, hicieron que la gente sacara su lado más bestia y absurdo. Y aún eran las siete de la tarde.
Siguiente parada: The Toy Dolls. Al igual que Talco, los británicos son de esos grupos internacionales que no pueden faltar en festivales de este calibre, dado el cariño que le tenemos los que nos movemos por estos lares; y bien pudo verse ese cariño cuando todo el público coreaba clásicos como “Nellie de Elephant”. Muy bueno el detalle de versionar Tocata y fuga de Johann Sebastian Bach. No sé qué pensaría el gran maestro, pero para mí, fue una pasada. Para que luego digan que los punkis tocan mal. Y tras el ochenterismo de los Dolls, se abrieron las puertas del infierno y a golpe y berrido de Soziedad Alkohólica. Para ser sincero, siempre había “rehuído” los conciertos de este grupo, pero esta vez me quedé para probar suerte y ver qué tal se desenvolvían ante la cámara. El resultado fue una sensación de sorpresa, adrenalina y rabia por haber tardado tanto en escuchar temas como “Piedra contra Papel” y “Cuando nada vale nada” en directo. Espero que no vuelva a tardar mucho más.
Acabado S.A., siguió “La Rave del Infierno” con Narco, de los que escuché poco más de dos temas y salí a reponer fuerzas. El siguiente era El Noi del Sucre y no me lo quería perder. Y es que desde que vi la que montó en el famoso Viña 2012, estoy prendado de este artista y de las pelotas que tiene a la hora de subirse al escenario. Como de costumbre, dedicó unas palabras al público y a la organización del festival, dando su completo apoyo al Aúpa Lumbreiras y a su forma de aguantar y hacer las cosas, ya que por algo lo llaman, “El festival de la Resistencia”. Temas como “Luces sobre Bagdad”, “A mi manera” o “Ni Dios, ni amo” de Los Muertos de Cristo sonaron y transmitieron su mensaje, entre el torbellino que es Lorenzo Morales actuando en el escenario, bien acompañado de banda de militares.
Y para acabar mi jornada de conciertos, Benito Kamelas, quienes se encuentran en su gira de despedida tras 17 años de caña y “Buena energía”. No sé los demás, pero un servidor no puede evitar que su corazón se encoja un poquito al escuchar “Aquellas cosas que solíamos hacer”, con todo lo que evoca la canción, echando la vista atrás a lo que un día fuimos y soñábamos con ser. Simplemente, no lo puede evitar.
Tras los Benito, volví al cámping y viendo cómo estaba el panorama, decidí darme una vuelta por la zona, buscando no sé muy bien qué. A las dos horas, me vi con unos cuantos colegas, rematando la noche en la rave más cercana a nuestra tienda, viendo cómo la gente se agolpaba sobre el altavoz de una furgoneta desprendiente de Hard Tech y Drum n Bass. Cuando me quise dar cuenta, ya no llegaba a Trashtucada.
Qué se le va a hacer. Soy un liado.
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