Más teatro por favor
Tanto la crítica, como las nominaciones en la reciente gala de la unión de actores, e incluso un premio al mejor actor de reparto (Luís Callejo), avalaban esta producción como una de las obras que no había que perderse. Las expectativas no obstante caen a los diez minutos exactos de la obra. No me entiendan mal, me lo pasé bomba, pero, honestamente, no es una obra de la calidad que esperas. Es sólo una opinión subjetiva, desde luego.
Objetivamente, sin embargo, diría que es muy divertida: la relación de pareja es una fuente continua de conflictos y situaciones que provocan la carcajada en incontables ocasiones. Ello acompañado por un reparto de actores (no sé si me tocó el uno, o el dos), que se van poniendo el listón unos a otros cada vez más alto. Y cuando parece insuperable, viene la réplica del siguiente y lo eleva un poco más. Todos tienen su momento: el de Armando del Río, el momento más bello de la obra: los miércoles no existen por... (No les gustan los “spoilers”, hay que verlo)
Buen ritmo, aunque en alguna escena decae, sólo un poco. Un teatro lleno y agradecido. En definitiva, una obra, con música en vivo, para pasar un buen rato.