Star Wars Last Jedi

Título original:  Star Wars: The Last Jedi

Año: 2017

Duración: 150 min.

País: Estados Unidos

Dirección: Rian Johnson

Guion:  Rian Johnson

Música: John Williams

Fotografía:  Steve Yedlin

Reparto: Daisy Ridley, John Boyega, Adam Driver, Oscar Isaac, Mark Hamill, Carrie Fisher, Domhnall Gleeson, Benicio del Toro, Laura Dern, Gwendoline Christie, Kelly Marie Tran, Lupita Nyong'o, Anthony Daniels, Andy Serkis, Warwick Davis

Productora:  Lucasfilm / Walt Disney Studios Motion Pictures

Nota: 8

En torno a lo que Rian Johnson pudiera hacer al ser convocado a resolver el último eslabón hasta la fecha de la saga de LA GUERRA DE LAS GALAXIAS, habían generadas no pocas expectativas. ¿Sería capaz el joven director de rematar en positivo el esfuerzo recuperador ejecutado por J. J. Abrams en EL DESPERTAR DE LA FUERZA? Una vez vista STAR WARS: LOS ÚLTIMOS JEDI sólo cabe afirmar que su contratación ha colmado el acierto requerido. Hay que rendirse ante el resultado de la arriesgada operación emprendida para la ocasión. Por un lado, por cuanto la presente entrega consolida con brío la reestructuración acometida en esta última trilogía, con el fin de resucitarla de entre la mísera inanidad contra la que había quedado reducida en sus episodios I, II y III. Star Wars Last Jedi2Por otro, el más interesante y sorpresivo, porque se alza como un punto de inflexión inesperado que ha sido capaz de ahondar en algunos de los rasgos distintivos de la saga, capitular con severa dignidad el designio de otros, y, fundamentalmente, constituirse como un espléndido prólogo para el que se supone epílogo final de la historia.

Causa admiración ser espectador de la pasmosa naturalidad con la que Johnson se mueve en el ingente empeño que él mismo ha sabido – y ha tenido la temerosa responsabilidad- de concretarse. Hay que recordar que su nombre no figura únicamente como director del producto. A su impulso creativo personal se le debe también el guión. En sus manos, pues, ha sido dispuesta una libertad directriz algo impensable teniendo en cuenta quienes son los mandamases de la factoría. En ese sentido, los que vaticinamos que el fichaje del autor de LOOPER podría calificarse de inteligentemente idóneo no nos hemos equivicado. Johnson, sabedor, por supuesto, de la oportunidad brindada, despliega en el film una solidez realizadora gracias a la cual éste, finalmente, queda constituido como un puntal a la altura de EL IMPERIO CONTRAATACA, con mucha diferencia, la cumbre de la exitosa criatura de George Lucas.

Star Wars Last Jedi3De hecho, uno de los mayores aciertos del film es asumir EL IMPERIO CONTRAATACA como clarísimo referente. De la misma forma que J. J. Abrams, acertadísimamente, se impuso un viraje a los orígenes reclamando para EL DESPERTAR DE LA FUERZA una suerte de relectura rescatante que emulaba con ávida nostalgia el planteamiento narrativo esencial de LA GUERRA DE LAS GALAXIAS, el film seminal de 1977, el creador de BRICK convoca al de Irvin  Kershner de 1980, aunque, he aquí la clave de la cuestión, no con la misma intencionalidad; o, por lo menos, no para situarse a un rebujo tan determinante como con el que Abrams acicaló a su película de 2015.

Johnson asimila de EL IMPERIO CONTRAATACA lo que ésta significó en tanto que reposo dramático reflexivo, en tanto que buceo escrutativo en los aspectos menos ligeros sólo apuntados en LA GUERRA DE LAS GALAXIAS, en tanto que tratar de que el producto no quedara meramente reducido a secuela de una puesta al día del género de aventuras. Sin embargo, al contrario de lo definido por Abrams, argumentalmente, amparado en esa absoluta libertad de funcionamiento citada con anterioridad, Johnson se permite la osadía de reivindicar jugosas (y no pocas) aportaciones. Estas novedades son el fundamento de su notable éxito personal.Star Wars Last Jedi4

STAR WARS: LOS ÚLTIMO JEDI se beneficia de esa osada acumulación de intenciones: las que van desde el respeto máximo a las pautas ya consagradas hasta la fluidez con las que quedan integradas las abundantes y definitorias novedades generatrices gestadas por su autor. En ese sentido, el film sabe superar con inexorable solvencia el máximo obstáculo asumido por ese empeño: el de solucionar el ensamblaje de  la trama de acción medular con el soberbio apremio dramático impuesto como rigurosa aportación novedosa. Esto es, adjuntar a la peripecia que impone la huida de los supervivientes de la República, fieles a Leia, perseguidos cruelmente por la Primera Orden en clara desventaja armamentística, con la extrema tesitura dramática que acompaña el periplo de Rey tratando de que Luke la adiestre en los poderes de la Fuerza, salga de su aislamiento y la acompañe en la defensa de los partidarios de su hermana.

Star Wars Last Jedi5En cuanto a lo que tiene que ver con la trama persecutoria, Johnson salda su indesmayable apremio acentuando los ecos de Han Solo inoculados en la briosa y desenvuelta figura del piloto Poe Dameron, sorprendiendo sobriamente con la irrupción de nuevos personajes como la Vicealmirante Holdo, sabiendo solucionar el peligro de la grisura del personaje de Finn adjuntándole a su trayectoria la grata desenvoltura de Rose, tolerando una liberadora dosis de humor mediante, por ejemplo, la irrupción de las criaturitas Porch y su influencia en el comportamiento de Chewaka, acatando a Leia como un personaje emplazado con radical importancia, no como un peaje pretérito, que brinda un exultante, emotivo trabajo interpretativo de Carrie Fisher,  y, sobre todo, exhibiendo un dominio escénico afilada y pragmáticamente soberbio. Las escenas de las batallas entre naves lucen más ágiles y ordenadas que nunca, sabiendo el espectador en cada momento de los posicionamientos estratégicos de los bandos en liza. Baste recordar la asombrosa nitidez expositiva con la que se salda el ataque tras el cual la Vicealmirante Holdo decide solucionar el brete iniciando un definitivo movimiento de velocidad de la luz; o la batalla en el planeta de los animales de cristal, rematada con maestría con la intromisión de Rose en la intencionalidad de Finn. Lo mismo cabría decir de las luchas con espadas láser: no puede ser sino saludada como antológica la que tiene lugar en la estancia roja de Snoke, el Lider Supremo. El último tercio del film cuaja una intensidad relatora frenética, pertinaz, nítida, furiosa y controlada con astuto nervio revelador.

Star Wars Last Jedi6Aún así, el hallazgo realmente alumbrador que impone esta última entrega lo define el ahondamiento en el elemento mágico, extrasensorial, metafísico y capacitador más conocido y admirado de toda la saga: la Fuerza. Johnson le dedica a ella, arriesgando mucho en ese empeño por cuanto podría abundar en una ralentización intensiva del aparatado narrativo expuesto en el párrafo anterior, una sorpresiva atención. La investiga, la extiende, la reformula, la desarrolla en su potencialidad íntima, inestabilizadora y resolutiva. En torno a esta estrategia gira el triángulo relacional más atractivo del film: el que enlaza a Rey, Luke Skywalker y Kylo Ren/Ben Solo. El acercamiento a los tres personajes y a los distintos intereses personales que, adheridos a su perfil, van a irse reconfigurando en una sutil y demoledora espiral de intuiciones, recelos,  inclinaciones, secretos y consternadores bagajes biográficos, soluciona uno de los estigmas de EL DESPERTAR DE LA FUERZA: La figura de Kylo Ren.

En LOS ÚLTIMO JEDI, el personaje soberbiamente interpretado por Adam Driver adquiere una hondura que le había sido esquilmada con anterioridad y, de resultas, el enriquecimiento de su prestación correrá parejo al necesario proceso de madurez y conocimiento al que debe enfrentarse Rey en su inatajable camino hasta convertirse en el joven Luke. El cruce de interpelaciones en espacios remotamente alejados  se posiciona como una aportación tan súbita, como colmada de sugerencias y sereno tiento dramático. Luke Skywalker, por su parte, mostrándose solitario, irritable, exiliado, sepultado en una crepuscular apatía sufriente, asumiendo con hosquedad la tutela de la una y maliciando de la naturaleza villana del otro, forjará, no tendrá más remedio que decidir el suyo propio hasta el mito. En su designio particular se clarifica el porqué de las abundantes alusiones a la necesidad de un cambio en los tiempos, de un fin de época, de un relevo definitivo que veta la agotada vindicación del pasado, de un dejar paso a una pujanza nueva de la mano de los protagonistas ahora convocados a mantener la pertinencia de la vieja leyenda.

Rian Johnson, huelga decirlo, ha sabido asumir el difícil encargo de la factoría Disney/Lucas, renegando en todo momento a que su aportación pudiera quedar reducida a salvar con comodidad la difícil condición de segundo episodio de una trilogía, es decir, a capítulo de transición que debiere preocuparse de mantener el relumbrón del esfuerzo pergeñado en la primera para dejar emplazada con nitidez la conclusión en el que, se supone, debe ser el capítulo final de las tres grandes partes ideadas por George Lucas. LOS ÚLTIMOS JEDI no es la película de un obediente, un aplicado, un calígrafo profesional. Viéndola, se advierten los modos de un realizador ansioso por cuestionar esa apariencia. Veremos quien la supera. Va a necesitar algo más que la fuerza para que lo acompañe.

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