Título: MUMMOLA
País: Finlandia
Duración: 115 min.
Dirección: Tia Kouvo
Guion: Tia Kouvo
Reparto: Ria Kataja, Elina Knihtilä, Leena Uotila
Sección: ENCOUNTERS
Nota: 9
COMENTARIO CRÍTICO:
El título en inglés de esta magistral ópera prima de la finlandesa Tia Kouvo es FAMILY TIME. Le hace justicia, diana y traje a medida. Este demoledor entrometimiento cinematográfico encañona su ingente tino radiografíador a eso precisamente, al tiempo de una familia; esto es, al cúmulo de microtemporalidades compartidas, abigarradas y obligatorias sobre las que se teje esa divina comedia de reincidencias y enlazamientos, conocidos con el nombre de lazos familiares. Lazos como yugos y yugos como sanguinidades sin remedio. La familia, ese dinosaurio que había antes de que despertara el dinosaurio que ya estaba allí. Digna heredera de aquella sacrosanta catedral del drama familiar cocido a fuego negro y a humor aviesamente lento, llamada SIERANEVADA, del rumano Cristi Puiu, MUMMOLA, casi tanto como esta, fundamenta su estrategia en el enclaustramiento sobre el que se cimienta el presupuesto observacional reclamado por la peripecia encuadrada. Esta no tarda nada en en revelarse. El primer plano del film se abre desde el interior enmaderado de una típica casa finlandesa no urbana. Vemos una puerta cerrada y oímos una voz que, desde el interior del hogar advierte sobre la llegada de unos invitados esperados. La puerta se abre y, sin verles el rostro (el encuadre es de medio cuerpo, enfocado a la altura del pomo de la puerta) comienzan a entrar los recién llegados. Las voces fuera de plano aclaran la situación. Se trata de una reunión de Navidad. Quienes hablaban al principio eran el matrimonio de ancianos que allí vive. Quienes llegan, sus dos hijas, su yerno, y sus tres nietos. El film se divide en dos partes. Una narra la celebración. La otra, la vuelta a la normalidad de todos los allí reunidos. Toda la escena de apertura se torna segmento significador inflexible. Plano fijo, larga duración del mismo, emplazamiento esencial del fuera de campo y preeminencia coral de los personajes dentro del plano, se van a convertir en el inexpugnable, absorto protocolo escenográfico privilegiado por Tia Kouvo para enjaular al grupo de protagonista y, desde ese encerramiento formal, trazar el retrato de casa uno de ellos sin mediar atención personalizada, y, además, sancionar a las distintas acciones suscitadas casi como condena, como peaje inesquivable, como ritual sabido, como representación teatral inalterada. MUMMOLA suda, huele y emplata verdad soportada. Anatomía de la vejez y de la costumbre familiar en tanto que degradación arrojadiza e insalvable, este fiero film finés convoca sin dificultad la vida que todos vemos en el espejo en el que se refleja la memoria que esconde la afable disposición ordenada de un album familiar.