Sección: FÓRUM
Nota: 8
Líneas valorativas:
Sobre un fondo negro, una voz nos cuenta que unas tierras les fueron dadas a su antepasado porque atendió a un gran cerdo, lloroso y herido, que le dijo que si lo ayudaba aquellas serían suyas. Muy curtida en el terreno del cortometraje, Macu Machín debuta en la larga duración de la mano de esta ardua, inconcreta, terrosa y luctuosamente espinada fábula documental sobre tres hermanas que se reúnen en un recóndito paraje de la isla de la Palma para repartirse una herencia.
El film atiende ese reencuentro de modo intuitivo, resecamente sensorial, permitiendo que cada plano rezume soledad, vejez, ancestralidad, resignación y la tensión insondable de unos lazos sanguíneos que se intuyen como raíces añosas cansadas de la sepultura de la misma tierra eterna y tumba. La realizadora aprovecha al máximo la silenciosa, árida, harta espontaneidad cabizbaja de los rostros de las intérpretes.
Se trata de su madre y sus tías. Parcas en palabras, densas de silencios llenos de amarguras, renuncias y apegos biográficos, el film se enriquece de la investigada abstracción que las acorrala y acecha todo el rato, haciendo de ellas criaturas fantasmagóricas encadenadas a un pretérito condenatorio y, a la vez, mujeres de campo y faena, hermanas resueltas a afrontar una herencia miserable que ni siquiera saben concretar. Las lindes inencontradas de los terrenos asumen el desdibujamiento de ese tiempo también borroso que es la memoria luchando por no convertirse despojo de matorral.